lunes, 4 de junio de 2007

Las mujeres de Chino

1. Por el Enano roba “panplufas”
2. Nuestra foto
3. Y el infinito que se avecina


Así como las preferencias estéticas nos revelan —progresivamente— nuestra propia historia, de la misma manera podemos recorrer con la memoria a todas las mujeres que nos han acompañado, y comprobar que la decadencia es más propia de la humanidad que la evolución (si recordamos solamente las malas experiencias, que lamentablemente, siempre abundan).
Chino Moreno no tiene disco junto a su banda Deftones, en que no aparezcan chicas que algo provocan, que hacen sufrir o prometan la felicidad.

MOSCAS BLANCAS
En medio de una fiesta terrible. Donde la caspa del Diablo corre por todos lados, y los enfiestados anémicos, flotan por las habitaciones convertidos en moscas. Ése es el ambiente para que se olvide el número de teléfono —incluso nosotros mismos nos vamos, porque el alcohol manda la censura muy lejos—, aunque nos lo pida un rostro hermoso deformado por el jolgorio, una imagen bella destrozada y potenciada en millones de fragmentos como una bola de discoteca. Las lenguas se enredan, y «God I’ll even lick her fucking picture (…) Drink one more so I could go right in her». La conocemos, le decimos que sí, pero entonces sucede que la chica resulta una gran puta, o nosotros somos eso para ella, y no queremos volver a verla ni a oírla: nuestros malos deseos bastan como para marchitarla a distancia. «It’s not like I care (truly). But you’re that girl (with gold teeth). Who snaps at the walls (and won’t calm down)». Una chica que es un tiro por la culata, un blanco móvil al que todos apuntan —esas son las peores me digo; ya lo sé, me respondo sin mucho convencimiento, con algo de desidia o exceso de olvido…

NÚMERO EQUIVOCADO
Si me llamas, ¿qué te digo? Claro, si es que antes recuerdo quién cresta eres. La misma que te ha dejado tirado en medio de un descampado. Con seguridad tienes algo podrido dentro: «When I get back I will call. But don’t speak, don’t say nothing, in case we ever do meet again. Something’s wrong with you. Well I hope we never do meet again». Quizás Chino ya ha pasado la noche con la chica que le acosa. ¿Si tuviese otra mujer, por otros lados? Me ha sorprendido siempre esta frase: «I dressed you in her clothes», porque alejado de una, viste a la otra con esas ropas que no le pertenecen. Y en el disfraz todas las esperanzas del goce futuro. Sería follarse un maniquí, o al fantasma de un amante muerto. Es meterlo y meterlo imaginando un rostro ido o nunca poseído. Horror.

TIEMPO INVERTIDO
«I will waste each day in your arms. I really wish you’d make up your mind» te podría decir. Todo el tiempo del mundo no alcanza nunca para quedarse atrapado entre los brazos (o piernas) de la mujer elegida. Sabemos que ha llegado por el movimiento de las ramas, por cómo el viento sopla y por las figuras que adivinamos en las nubes. ¿Y si resulta que no era? ¿Que todo era un simulacro? Y bueno, que eso sólo podemos saberlo a posteriori, cuando le decimos que no vuelva a llamar, que no llame de ninguna manera. Gritarle con rabia que por fin ya supimos quién mierda era ella, así: «Well I know what you’re like. I’ve read it on the walls». Los signos se transforman y la ciudad es su cifra. Como Borges huyendo de aquel servicio fúnebre, y encontrando a cambio (y en un cambio), el zahir.

PORTUGAL ESQUINA ALAMEDA
Le he dedicado este tema a mi novia. Un día la hallé en una esquina y yo lo oía. Semanas después se lo conté y más se emocionó. «Cause you’re my girl, and that’s all right. If you sting me, I won’t mind». Quizás Chino sí permite que le hagan de todo. Total es su chica quien lo punza, y da lo mismo. Yo lo apoyo. Pero hay límites, como en todo. Tú misma eres eso, te lo digo con palabras prestadas: «You’re sweet, but I’m tired of proving this love». Y como no mías, no tengo por qué estar de acuerdo con todo el préstamo, porque el cansancio no me importuna.

DAGAS VOLADORAS
Asimismo a Chino le han devorado, como a todos alguna vez. El que esté libre de cicatrices que lance el primer cuchillo. Como, oigan Gernández, Carlos y Max, cuando fuimos a su concierto y le gritábamos: «Go get you’re knife and come in, and lay down, and kiss me». Una herida profunda, típica de puta asesina… «I’m her new cool meat. She pops the trunk. And she removes me. And a machine that takes pictures of us». Y en el opuesto de la rabia de Chino, miro esa imagen que la máquina ha tomado, y que ahora me has regalado adornando mi biblioteca (parece que recordaste que me gusta que me sorprendan con obsequios, como sale en esa lista de lo que me agrada). En la fotografía los dos parecemos tan bellos, quizás lo que estamos creando nos ennoblezca, nos haga dignos del paraíso al que visitamos tan constantemente. En esos contorneos lúbricos a los que nos entregamos felices, sudados y completos. Cada vez que oigo esta frase recuerdo nuestras camas unidas: «You move like I want to. To see like your eyes do». Y hoy, que una ola polar azota a Santiago, con tanto frío, te deseo a mi lado más.

LA BESTIA DE DOS LOMOS
Tú misma, mientras corre White Pony en el iPod recuerdas de inmediato el verano. Enero en mi casa, antes de que viniesen por segunda vez a Shile en febrero (la primera no pude ir. Deftones me vuela los sesos desde el ’98. No sigo a ninguna otra banda de ese movimiento horrible del aggro, del nü metal, ninguno. Ellos tomaron otro camino: el perfecto). Y un poco antes de que comenzáramos nuestra relación, ahora con nombre. Aunque igualmente recuerdas perfectamente a Massive Attack, y que la primera vez que viniste puse Mezzanine: y luego me dijiste que ése trip-hop era tan pero tan calentón… como si sólo se tratase de una buena elección musical, ya lo sabía, y caímos redonditos…

Si hacemos un recorrido por nuestras lecturas, ése camino no sería nunca tan certero sobre nosotros como las personas con las que nos relacionamos. Y dentro de ellos, con nuestras parejas. De quienes nos hemos enamorado, y que luego hemos destruido (o al revés). Como Carver, quiero preguntarme, ¿de qué hablamos cuando hablamos de mujeres? ¿De la esperanza de la belleza que es la promesa de la felicidad? ¿De la descarga libidinosa, de un orgasmo increíble que siempre está por-venir?

Y UN HACHA DE GUERRA
¿Dónde estará Chino Moreno en estos momentos? ¿Estará durmiendo acompañado? Yo estoy solo. Y él me ha dado poemas hermosos que acompañan una música que me hace explotar.
Con todo este frío y sin tu cuerpo aquí.
«I want to sleep if you are awake».

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando hablamos de mujeres hablamos de universos submarinos, de profundidades de coral y rizomas de líquenes. También hablamos de lagos que se reflejan en la luna y de árbloes que se cuelgan del cuello de un hombre. Deftones sabe que la fémina es vida y muerte y resurrección y nueva muerte una y otra vez, y aunque probablemente tienen razón, es algo que por ahora prefiero no escuchar.