sábado, 18 de junio de 2005

Pablo Abufom (trunco cineasta: sí, soy tu tumba, tu mazmorra) escribió el viernes 17 de junio de 2005: Enfermarse de resfrío común es dar cuenta de la presencia inescapable de lo indígena en nosotros: todavía nos jode la salud el Adelantado tosiendo sobre nosotros, todavía no notamos que el espejo a cambio del oro también reflejaba la muerte. Salud, señor. Salud.
Ahora bien, es cierto lo de mi enfermedad. No lo niego, ¡aún mantengo algo de valor, claro que sí! Pero -y esto es lo importante- esa posibilidad que se abre para vuestra interpretación... pues me parece francamente inaceptable. ¿Es que acaso os juntais en demasía con Decontrujillo, aka Iván Trujillo? Aquel Trujillo que salió del dogma trinitario católico para ingresar al dogma fenomenológico husserliano... ¡a ése me refiero oh mozuelo!... Pues bien, vos veréis con quién os juntais, sólo os digo, teniendo en cuenta el grande aprecio que por vuestra alma tengo, que mireis despectivamente tales hombres, ¡que no son prohombres, de ningún modo!
Mantenerse estático es lo mejor que a nadie pudiese ocurrírsele, creo yo.

martes, 7 de junio de 2005

Páginas 982-983

«Las obras menores, en realidad no existen. Quiero decir: el autor de una obra menor no se llama fulanito o zutanito. Fulanito y zutanito existen, de eso no cabe duda, y sufren y trabajan y publican en periódicos y revistas y de vez en cuando incluso publican un libro que no desmerece el papel en el que está impreso, pero esos libros y esos artículos, si usted se fija con atención, no están escritos por ellos.Toda obra menor tiene un autor secreto y todo autor secreto es, por definición, un escritor de obras maestras. ¿Quién ha escrito tal obra menor? Aparentemente un escritor menor.»