lunes, 9 de mayo de 2005

'Incipit Vita Nuova' o 'Grandes títulos de la historia de la literatura'

Creo un blog, no sé bien qué significa esto, tengo una vaga idea, en algún lado lo he leído, sé que lo he leído también sé que hace un tiempo tuve intenciones de crear uno, pero -evidentemente- no lo hice.

Quien es culpable de que ahora sí lo haya hecho es un tal Fadanelli, un pérfido mexicano que se dedica a escribir agradables volumenes que no desmerecen el papel en el que están impresos. Yo sólo conozco de él un libro titulado 'Lodo'. Además he visto en cierto libro otros títulos de obras de su autoría, uno se llama 'Compraré un rifle' (piensen éste título en inglés, es altamente hilarante) y el otro 'La otra cara de Rock Hudson'... ¡títulos a todos luces imbéciles!, por lo menos el primero claro está. Aunque seamos justos, categorías como la de 'imbecilidad' no están bien aplicadas cuando de Fadanelli se trata, como si le impuganáramos a De Rokha cierto tipo de violencia o al enemigo le refregáramos en la cara su hostilidad para con nosotros, eso no cabe por lado alguno --en el supuesto de que queramos mantener cierta com-postura frente a lo otro que nos hiela, no todos lo desean, lo sé.

Pero si es por títulos imbéciles, aquí van algunos: 'Ahora tocad música de baile' de un tal Andrés Barba; 'Ya no pisa la tierra tu rey' de --como no-- la señora Cristina Sánchez Andrade. Son sólo un par, lo sé, pero innegablemente son perlas cultivadas, ¿no lo creen? Y lo que es peor, toos esos volumenes están publicados por Anagrama (la misma que publica ahora a Fadanelli). Y si digo que esto es lo peor es porque recuerdo que Bolaño contaba que a su novela 'Nocturno de Chile' le quería poner como título algo así como 'Tormenta de mierda' y entonces va Bolaño y le entrega el manuscrito a algún monaguillo de Herralde y llega a éste cafiche la noticia de ese título tentativo y luego de un tira y afloja convence a Bolaño de cambiarle el título por el que ahora se conoce. ¿Qué puto criterio aplicó Herralde cuando hizo eso?


No hay manera de saber en qué terminará esto, queda en todo caso el consuelo de seguir insistiendo, de seguir escribiendo de hacerlo sin ninguna pretensión, sin ninguna pretensión aunque exista alguien que esto lo esté leyendo. Me conforma la idea, me tranquiliza (no me afantasma ni me anula) saber que quizás esto nunca sea leído por alguien que esté realmente interesado en mis especulaciones en mis traumas en mi agujero.

* * *

Visiten a Fadanelli, sean buenos con él, dénle algunos motivos como para levantarse un nuevo día, pero tampoco exageren: no le den ánimos como para que publique otro libro:

http://fadanelli.blogspot.com/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aquella frase del titulo fué lo primero que Mauricio Barría nos enseñó. "El inicio de una nueva vida".

Me suena a un autor conocido...