jueves, 5 de abril de 2007

Ulises, 1922

¿Y es que solamente a la academia le está permitido decir algo sobre Ulises?
El mismo año en que el mamotreto de Joyce vio las prensas, también fueron Trilce de Vallejo, Desolación de Mistral, Los gemidos de De Rokha (sin quererlo, estos dos últimos están juntos en mi biblioteca, me doy cuenta ahora), 20 poemas para leer en el tranvía de Girondo, Andamios interiores de Maples Arce y The Waste Land de Eliot. La lista no deja de llamar la atención, pero no es de modo alguno antojadiza: Bolaño afirmó que quizás la mejor poesía del siglo XX se había escrito en prosa, y ponía como paradigmas de ello a Proust y Joyce.
Comienzo a leerlo sin muchas ganas, con la probable obligación de pagar el precio del regalo navideño. Me molesto, sin comprender palabra de la primera parte de la novela, donde aparece Stephen Dedalus: el sufrido protagonista del Retrato del artista adolescente. Y me acuerdo del hermoso cover que muchos años después haría Dylan Thomas. Me pregunto por Bloom, por dónde comienza su periplo, y nada, pero me alejo de las preguntas cuando en algún diálogo se lee:
«—La historia —afirmó Stephen— es una pesadilla de la que estoy tratando de despertar.
Un clamor se elevó desde el campo de juego. Un silbato vibrante: gol. ¿Qué pasaría si la pesadilla te diera un alevoso puntapié?
—Los procedimientos del Creador no son los nuestros —dijo el señor Deasy—. Toda historia avanza hacia una gran meta: la manifestación de Dios.
Con un golpe del pulgar Stephen señaló la ventana, exclamando:
—Eso es Dios.
¡Hurai! ¡Ay! ¡Hurrui!
—¿Qué? —preguntó el señor Deasy.
—Un grito en la calle —contestó Stephen, encogiéndose de hombros.»

Pero eso es después, poco más allá de cuando Buck Mulligan explica en pocas palabras la teoría sobre Hamlet que Stephen tiene, a un turista inglés:
«¡Bah! Ya hemos sobrepasado a Wilde y las paradojas. Es muy sencillo. Por medio del álgebra demuestra que el nieto de Hamlet es el abuelo de Shakespeare, que él mismo es el espectro de su propio padre.»


FRAGMENTOS INCONEXOS:
+ Sueño que robo el departamento de un viejo compañero de colegio. Me descubren y la vergüenza que siento es inmensa, que toda mi vida se ha ido por el traste. De pronto, en la desesperación pienso: «Ojalá estuviese soñando. Quisiera despertar.» Y lo hago, para que unos cuantos minutos después me dé cuenta de mi vigilia, y recuerde lo que quería dentro del sueño ya ido.
+ Caminamos con Denisse por una feria. Vemos algunos puestos de libros, sin encontrar nada interesante, hasta que veo un volumen cuyo título me puso los pelos de punta: La invención de la lentitud. Su portada estaba ilustrada con un velero. Evidentemente se trataba de una monografía sobre la navegación a vela. (Ese mismo día mi hermosa chica sufre de un dolor de muelas que la hace llorar. Recuerdo que en este blog publiqué sobre aquel dolor (pero mío) durante enero de 2006.)


«Ineluctable modalidad de lo visible»: El texto se pone frente a los ojos modificando las mismas palabras que quieren representar, las fábulas cambian de acuerdo al momento en que son leídas. Entonces, ¿qué había antes de la escritura? Si antes de ella no había historia, los dinosaurios nunca fueron y Jurassic Park es la mejor ficción hecha en-la-historia. La inscripción supone el pasado y prepara el futuro, además de ser el punch line de todas las andanzas de Bloom/Odiseo.

La escritura, la historia y el tiempo, que en la Divina Mente son términos análogos.
La escritura, la historia y el tiempo: necesidad de las imágenes, y del dibujo de las palabras que nunca se podrán decir (porque el trazo calla y la tinta es invisible).

2 comentarios:

Confundido dijo...

Es sincero reconocerlo; corro tras las recomendaciones de Bolaño como tras las meadas narcisisticas de un perro, buscado encontrar siempre un poco de uno en cada reguero.
Tras tu post, al cumpleaños le dio por arribar, y con el, llego ulises a mis manos a modo de presente.
Al caer sobre las palmas, doy reverso y aventuro la contraportada. Encuentro que tras Joyce esta Homero y que tendre que vermelas de nuevo con la Odisea (pensandolo mejor sera una lectura y no una relectura).
Remito a las primeras lineas y Joyce no me propone un juego facil, se me presenta a reto y contando una a una sus paginas resultan ser mas de setecientas.
Habra que encontrar una vacio en el tiempo para preparar la arremetida.
En fin, custiones de saber porque Bolaño fue tan Bolaño...

Antonio

Pdt: acepto consejos si ya balilaste con Joyce. Lo tomo por la cintura? lo acerco un poco? o terminara por darme un pisotón?

Anónimo dijo...

"Ineluctable modalidad de lo visible". Esa frase es tan buena que por mucho tiempo creí recordar que así empezaba la novela.
Bloom aparece. Un poco más tarde, pero aparece.
Los capítulos finales son tremendos. (En el medio, hay algo de aburrimiento.)