lunes, 3 de diciembre de 2007

La rueda de Fortuna

Yo (término unívoco esta vez aplicado a:), Rodrigo Andrés Salgado Boza RUT XX.XXX.XXX-X, chileno pero en pleno uso de mis facultades tanto mentales como físicas, tomando como fecha de este primer texto al día 9 de diciembre de 2005, declaro lo que a continuación detállase:


1. Lego la totalidad de mis libros a todo aquel que a mi madre felicite luego de mi muerte. En caso de yo morir en una sección posterior de la línea tempórea que mi madre, los beneficiados serán aquellos que asistan a la ceremonia de cremación y posterior eliminación de “mis” cenizas.

1.1. Se entenderá por “libro” todo aquel artefacto que un niño promedio de cinco años (de la década de los ’90 del siglo XX) distinga como tal. Además caerán dentro de esta categoría todos los archivos que hasta el momento de mi muerte posea: revistas, recortes, periódicos y afines. También se entenderán como “libros” las fotocopias de éstos, estén o no unidas formando un todo compacto y manejable.

1.2. Se entenderá el término “mis libros” a todos los volúmenes que en algún lugar luzcan el timbre en el que aparece mi nombre completo en color negro. El resto de libros carecen de importancia.

1.3. Los libros así mencionados deberán ser repartidos en idénticas secciones teniendo como lógica de selección la misma razonable disposición de los directamente beneficiados. Lo anterior es válido a excepción de los siguientes tomos que tienen destinatarios específicos:

- Para Gonzalo Hernández Suárez:

- Todo lo que del señor Jorge Luis Borges se halle1.

- Herman Melville, Moby Dick2.

- Para José Patricio Lagos Correa:

- Todos los volúmenes cuyo autor sea el señor Honoré de Balzac3.

- Para Claudio Arturo Ríos Barahona:

- Todos los volúmenes cuyo autor sea el señor Howard Philips Lovecraft4.

- Para Carlos Saldías Aguilera:

- Patricio Marchant, Sobre árboles y madres.

- Todo libro que de el señor Franz Kafka se encuentre entre lo mío5.

1.4. Los antes mencionados deberán, antes de la repartición de mis libros, hacer un catálogo de todos mis archivos. Si allí hubiese cualquier tipo de objeto que tuviese destinatario, deberá hacérsele llegar a la brevedad.

1.5. En caso de que luego de la repartición sobrasen libros, éstos deberán ser quemados lo antes posible.

1.6. Lego todas las cartas coleccionables que aún mantuviese en mi poder al señor José Luis Gómez Fuentealba. Éstas incluyen las de “El Señor de los Anillos” y “Mythos” sin excepción alguna6.


2. Con respecto a mis registros musicales, en cinta o disco compacto (o cualquier otro formato que el futuro nos depare), se deberá seguir el siguiente procedimiento: frente a una audiencia adecuada, quien desee tal o cual registro sonoro, deberá cantar por lo menos una (1) canción entera que se contenga en tal soporte de audio. En caso de tratarse de música sin letras, deberá entonces tararear un (1) tema, también en su totalidad.


3. El mismo procedimiento del punto 1 acerca de los libros, deberá también usarse respecto de mis registros de vídeo, sean éstos en el formato que sea, a excepción del señor José Luis Gómez Fuentealba, que no podrá llevarse ninguno de estos registros.


4. Toda la ropa que alguna vez usase o poseyese, deberá ser quemada a la brevedad, luego de mi fallecimiento en el malón luego especificado.


5. Bajo ningún punto de vista se desprenderá de mi cuerpo rígido y frío ningún componente, haya sido éste vital o no para mi existencia. Esto implica que al momento de mi cremación, lo que antes de morir reconocía como “mi cuerpo”, deberá contener todos y cada uno de los órganos con los que nací el día 17 de noviembre de 1982.

5.1. La excepción a la anterior norma versa de la siguiente manera: de “mi” cuerpo podrán sacarse todos los órganos que sean necesarios si y sólo si se tratase de un caso de vida o muerte de mi madre, Laura Teresa Boza Díaz RUT X.XXX.XXX-X, o mi hermana Constanza Andrea Salgado Boza RUT X.XXX.XXX-X. Aún así, esta regla será dependiente de la 5.

5.2. La excepción final del punto 5 versa así: luego de muerto, podrán sacarse órganos de “mi” cuerpo sólo si hay alguien dispuesto a pagar el 100% de las deudas pecuniarias de mi madre, o, en su defecto, de mi hermana. Esta regla es posterior a la 5.1 y en todos los casos deberá estar supeditada a ella pero teniendo como base la 5.

5.3. En relación al punto anterior: en caso de entrometerse negativamente alguna institución estatal o de la naturaleza que sea, deberá hacerse fuerte hincapié en que esto no es negocio alguno, sino simplemente la voluntad de un muerto (legalmente redactada), lo que podría parecer un oxímoron, pero que no es tal.


6. En relación con los archivos digitales, que posea en cualquier forma de dispositivo de almacenamiento de datos, éstos deberán ser revisados por las siguientes personas:

- Gonzalo Hernández Suárez.

- José Patricio Lagos Correa.

- Claudio Arturo Ríos Barahona.

- Carlos Saldías Aguilera.

6.1. Los anteriormente nombrados deberán hacer llegar los documentos correspondientes al destinatario, si lo hubiese allí especificado. En caso de ser documentos sin objetivo específico, deberán ser eliminados de forma permanente a la brevedad.

6.2. El anterior punto es importantísimo, pues aunque fui mediocre, esa no es razón para desear a un Max Brod ,ni menos a una Kodama entre mis beneficiarios.


7. En el improbable caso de que al momento de mi muerte tuviese algunos otros objetos de valor (monetario) que no hayan sido ya especificados, deberán ser todos ellos vendidos. El dinero resultante deberá ser quemado junto con una copia de El capital de Karl Marx y otra de La riqueza de las naciones de Adam Smith en el contexto de una monumental bacanal financiada por todos quienes así deseen darme post mortem saludos.


8. En el más improbable caso de que al momento de mi muerte haya publicado algún volumen, lego los derechos —en un sentido económico— a mi hermana Constanza Andrea Salgado Boza. Sólo si ella se negase para tal labor, la tara pasará al pariente mío más cercano que tenga menos de cincuenta (50) años bajo el futuro asesoramiento teorético, en ambos casos, de las personas nombradas tanto en el punto 1.3 como en el 6.


9. Como se desprende del punto 1 no deseo velatorios ni ninguna de esos trámites engorrosos, hipócritas y lúgubres.


10. Ya fue adelantado en el punto 1, ahora se especifica que: mi cadáver deberá ser cremado. Las cenizas resultantes de tal proceso, deberán ser utilizadas para atizar el fuego de una parrillada de jugosas carnes, tal como aparecía en cierto capítulo de la serie televisiva “Married With Children”. Este punto ha de ser tomado absolutamente en serio y nada de guasa hay en él. Ésa parrillada deberá ser llevada a cabo junto con la bacanal mencionada en el punto 7.


11. Como el humano devoto que habré sido, deseo que mi nombre aparezca en el obituario del día domingo siguiente a mi muerte en el diario nacional “El Mercurio” de Santiago. La única salvedad es que allí donde unos ponen el símbolo judío, cristiano o masón, en mi obituario deberá ir una cruz invertida, así:  . En caso de inconvenientes de tipo ético-religiosos, mis albaceas para este efecto (los mencionados en los puntos 6 además de Constanza Andrea Salgado Boza) deberán apelar a cierto sentimiento caritativo para con mi postrer deseo. Lo que tal obituario diga quedará a discreción de los antes mencionados.


12. Si sucediese el caso de quedar en un estado que dependiese de una máquina externa para sobrevivir, deberá esperarse el dictamen oficial del médico tratante, y si no hay posibilidadcercana en el tiempo de recuperación de mis facultades en su totalidad, deberá mi madre o mi hermana, o el familiar más cercano (en ése orden de prioridad resolutiva), asegurarse de cortar la coacción que me permite seguir respirando. Esto es terminal y no admite réplicas de ningún tipo, ni legales, teóricas, morales, sentimentales ni mucho menos religiosas.

12.1. Aunque antes de la total desconexión quienes así lo deseen podrán rezarle únicamente a San Juan Bosco por mi recuperación. Luego de los rezos se deberá esperar como máximo dos (2) semanas. Si en tal plazo no ocurre el milagro, deberá procederse tal como se dice en el punto 12.


Rodrigo Andrés Salgado Boza

Santiago de Chile, 9 de diciembre de 2005


1 El mejor escritor argentino del siglo XX.

2 Versión completa, con sus 135 capítulos.

3 Tendrá al célebre “cabeza de chancho” junto a él para siempre.

4 ¡Iä Nyarlathotep!

5 El primero son simples fotocopias, lo siento. Kafka no, nunca.

6 Sácome el bonete frente a usted, querido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Maestrisimo:

Que honor estar en tu testamento, si es que se le puede llamar así. Con gusto disfrutaré de esa exquisita 'barbacoa' sazonada con tus cenizas; no estaría nada de malo que donaras una porción de tus queridos órganos -1 o 2 kg. para que más- con los cuales poder llevara a cabo tan colosal evento, haber si engullendo tus tripas podemos absorber tus superpoderes.

Saludos.

El Caseo.