Así no dan ganas de leer nada más:
«Huestes de hombres, llamados héroes, que se despanzurraban durante diez años seguidos bajo las murallas de una pequeña ciudad por culpa de una vieja seducida; el viaje de un vivo en el embudo de los muertos como pretexto para hablar mal de los muertos y de los vivos; un loco hético y un loco gordo que van por el mundo en busca de palizas; un guerrero que pierde la razón por una mujer y se divierte en desbarbar las encinas de las selvas; un villano cuyo padre ha sido asesinado y que, para vengarle, hace morir a una muchacha que le ama y a otros variados personajes; un diablo cojo que levanta los tejados de todas las casas para exhibir sus vergüenzas; las aventuras de un hombre de mediana estatura que hace el gigante entre los pigmeos y el enano entre los gigantes, siempre de un modo inoportuno y ridículo; la odisea de un idiota que, a través de una serie de bufas desventuradas, sostiene que este mundo es el mejor de los mundos posibles; las peripecias de un profesor demoníaco servido por un demonio profesional; la aburrida historia de una adúltera provinciana que se fastidia y, al fin, se envenena; las salidas locuaces e incomprensibles de un profeta acompañado de un águila y una serpiente; un joven pobre y febril que asesina a una vieja, y luego, imbécil, no sabe siquiera aprovecharse de coartada y acaba cayendo en manos de la policía.»
Giovanni Papini, Gog, capítulo 'Las obras maestras de la literatura'
4 comentarios:
Y el pasito patrás es todo lo que es retroceder pos..
es curioso: genera el efecto de un Wilcock comprimido (lo que ya es mucho decir).
A este se lo saltean cada vez que se habla de metaficción y precursores del posmodernismo. Una injusticia, evidentemente.
Pucha...
Ni lo uno ni lo otro sino que todo lo contrario...
Celine la de la película poh!!!
Eso es lo que se enseña a los adolecentes en clase literatura, a desechar sin consideracion los grandes clasicos de la literatura, insultando a los personajes que han hecho a genereaciones de lectores delicados, el que traten a Rascolnicov de inbecil, las reflexiones existenciales de Fausto como vulgares "peripencias" y a madamme bovary de provinciana aburrida...
Adios a la delicadesa y hola al embotamiento intelectual
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