jueves, 26 de abril de 2012

Gion Mathias Cavelty

Son ese tipo de amarres de la realidad ante los que uno dice: "aaaaaah, ¡no!". Paso a enumerar.

1. Hace un par de días me dí unas vueltas por la Galería Veneto. La de los libros viejos en aquella galería frente a Miguel Claro, al costado del Passapoga. Aparte de encontrar una edición bilingüe preciosa de la poesía completa de Carver, me topé con un libro que sin tener nada de impresionante, llamóme la atención.

1.1. Bitches Brew de Miles Davis va muy bien mientras escribo esto.

2. Qué extrañas fuerzas confluyeron para hacerme notar ese particular tomo, en una mesa rebosante de otros tantos: Ad absurdum, o un viaje al laberinto de los libros (Editorial Andrés Bello Española, 1999, Barcelona. Originalmente publicado dos años antes)

3. Durante esa tarde busqué información del autor. Bien poco se encuentra. Pero eso es quizás porque el tal Gion Mathias Cavelty publica en alemán, y no soy ducho en tal lengua. No ducho ni lego, sino totalmente ignorante. A no ser que entender qué significa "Sein und Zeit" merezca elogio alguno, cosa que no apruebo.

3.5. Extraño nombre es el del autor, ¿no? Ahí ya comencé a pensar en

4. Benno Von Archimboldi, el halo, el fantasma escritor, el fantasma escritor vestido de una enorme chaqueta de cuero escribiendo La perfección ferroviaria.

5. El tipo inicia con un prefacio sacado de El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante, de Peter Greenaway. Esto es desconcertante en muchos aspectos. Ésa película es la más "película" de Greenaway, junto quizás con Drowning by Numbers y The Pillow Book. Pero sigue siendo un filme desconcertante.

6. Recuerdo claramente en aquella película cuando obligan a comer un libro a un personaje.

7. Pero antes del prefacio, hay una imagen extraña y al parecer fuera de lugar que apela al conocimiento científico clásico. Las efigies en modo grabado de Tycho Brahe, Hiparco, Galileo, Newton, Kepler, Laplace, y un poodle. Y un poodle. Todos ellos alrededor de Copérnico, cual patrono de la modernidad.

8. Y antes de ambas imágenes, la solapa del libro entrega una escueta biografía, que de tan mínima apenas si se puede llamar biografía. Ahí dice que Gion estudia italiano,retorromano e inglés en Friburgo y Zurich. Hay un comentarista que en su web se pregunta si acaso estudia una lengua en una ciudad, para luego viajar a otra a aprender otra... Me parece una pregunta válida.

9. Lo que me intriga es que Ad absurdum sea parte de una "celebrada trilogía", compuesta por además Quifezit, o un viaje en la caja de un violín; y Tabula rasa, o un viaje al reino de la locura. Todos publicados por editorial Andrés Bello (sección española), según averiguo, pero de seguro imposibles de hallar a no ser que el azar meta su tentáculo.

10. Revisando resultados de Google, doy con la web del autor. O la que supongo le pertenece (se recordará que no sé alemán), pues hay fotografías suyas ya mayor. No en vano han pasado 15 años desde que publicase Ad absurdum. Una imagen en particular me perturba hasta el hartazgo: Gion Mathias Cavelty junto a Kerry King de Slayer en el metro de New York. Es un dato extraño, pero comprobable:  http://www.nichtleser.com/news.php?d=11 

11. No hay adelanto posible de Ad absurdum. O no por lo menos en la medida en que no podemos adelantar nada tampoco de una novela de Aira. O no una vez anunciadas las peculiaridades de esta obra, de su hallazgo, su autor, y su gusto por el despelote.

12. "No tengo libros. Como no sé quién soy, tampoco sé qué libros debería leer", dice una ballena.

13. Hoy acabaré esta novela que comencé por la mañana. Seguiré tras la búsqueda de un libro que resuena en la historia a pesar de haber sido escrito ayer. Quiero saber qué resolverá hacer el protagonista junto al Poodle gruñón que maneja la nave espacial, una vez que han llegado al fin del universo, sólo para comprender que las estrellas eran botones de oro cosidos a un telón negro.